Este martes 11, autoridades de las instituciones involucradas en el programa Familias Fuertes lanzaron esta iniciativa para la capital del país, a fin de reforzar los lazos familiares, mejorar la comunicación y prevenir conductas de riesgo en adolescentes respecto a la salud mental y las adicciones. En el plan, creado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), intervienen organismos estatales coordinados por el MSP.
Asistieron al acto, que se desarrolló en el Centro Cultural Florencio Sánchez, del barrio Cerro, en Montevideo, el presidente del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU), Pablo Abdala; la directora general de Coordinación del Ministerio de Salud Pública (MSP), Mariela Anchén; el director de la Red de Atención Primaria Metropolitana de ASSE, Federico Focco, y la coordinadora del Área de Salud Adolescencia y Juventud, del MSP, y coordinadora nacional de Familias Fuertes, Lorena Quintana.
El programa, constituido por el INAU, la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), la Junta Nacional de Drogas (JND), UTE, Antel y OSE, comenzó a implementarse en 2022 a través de un plan piloto en Canelones y luego se amplió a Treinta y Tres, Durazno, Florida y Cerro Largo. Con la iniciativa, se procura prevenir conductas de riesgo en adolescentes de entre 10 y 14 años, impulsando el fortalecimiento de los lazos familiares mediante la promoción de un intercambio efectivo entre padres e hijos.
Abdala resaltó, en su oratoria, la importancia de este plan, que integra el de prevención de salud mental y tratamiento de adicciones en el ámbito nacional, presentado en el marco de la rendición de cuentas. “Es una de las líneas estratégicas que busca fortalecer las respuestas desde el Estado en temas tan preocupantes como estos”, aseguró. Sostuvo que cuando se habla de prevención de adicciones, el involucramiento familiar y el incentivo a la percepción del riesgo son factores indispensables para encarar y solucionar este tipo de condiciones.
En ese sentido, manifestó que el INAU afronta estas situaciones a diario y explicó que bajo las distintas modalidades del sistema de protección del organismo hay 3.000 adolescentes a quienes sus familias no pudieron brindar la contención y el cuidado necesarios ni garantías de crecimiento y desarrollo saludables. Asimismo, afirmó que, según investigaciones internas, más de la mitad de estos jóvenes ingresaron por razones vinculadas a la violencia, muchas veces originada o relacionada con el consumo problemático de drogas de los propios adolescentes o el entorno familiar.
En el marco de la corresponsabilidad en la crianza entre el Estado y las familias, este programa representa un instrumento muy útil para fortalecer al grupo familiar, evitar conductas de riesgo y prevenir la institucionalización de estos jóvenes, subrayó, y agregó que se trata de un avance en la construcción de una sociedad mejor.
Quintana, en tanto, indicó que en la iniciativa se trabaja, de forma conjunta, con adolescentes de entre 10 y 14 años y sus adultos referentes, en modalidad de taller: siete encuentros en los que se procura mejorar la comunicación entre padres e hijos y brindar herramientas para favorecer el diálogo y los vínculos familiares.
Fuente: Presidencia