“Necesitamos una política comercial agresiva en países compradores de productos lácteos”

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En su audición de este martes por AM 770 Radio Oriental, el Senador Guido Manini Ríos se refirió al conflicto a nivel de la industria láctea. Y dijo:

“En los últimos días han vuelto a sonar vientos de conflicto a nivel de la industria láctea, a partir de alguna medida administrativa menor, y del endurecimiento de un sindicato que está dispuesto a ir al conflicto, a pesar de que ello signifique afectar el eslabón más débil de la cadena, qué es el productor tambero, sobre todo el pequeño tambero”.

“La principal industria láctea de nuestro país, Conaprole, tiene aproximadamente unos mil setecientos remitentes de todo tamaño, pequeño, mediano y grandes productores. Y tiene por otra parte mil ochocientos funcionarios fijos, a los que se suman unos doscientos zafrales. El sueldo y salario que reciben estos funcionarios en promedio, prácticamente cuadriplica al salario mínimo nacional”. Y agregó: “Un productor debe ordeñar unas cien vacas para que una vez que se deduce la renta, la electricidad, el combustible, los insumos, los impuestos, las raciones, algún jornal que deba pagar, le quede un saldo para poder vivir él y su familia. Es decir, para igualar lo que recibe el funcionario de la industria láctea. Por otra parte es claro que el productor depende muchísimo del clima que suele pegarle duro, que cuando hay una seca grande pone en riesgo el resultado económico de su establecimiento”. Y enfatizó:

“En el último año, cerrado al pasado 30 de septiembre, han cerrado en este país ciento veintiún tambos. Cuando un tambo cesa su actividad, cuando se decide liquidar el rodeo y trasladarse a la capital, o cambiar de rubro, se corta la transmisión de la experiencia de una generación a otra, algo que es sencillamente irreemplazable. Son procesos que en cierta forma se transforman en irreversibles”.

“También hay que destacar la grave situación económica por la que atraviesan las industrias lácteas menores, como puede ser Calcar en Soriano, Claldy en Young o Coleme en Melo. Industrias que normalmente sufren el faltante de leche por falta de remitentes, y además el exceso de funcionarios por una estructura formada en tiempos mejores y que hoy no se sostiene.  Estamos convencidos que la lechería es un sector de la economía nacional que tiene un efecto social muy importante, que contribuye como pocos sectores, a la radicación del hombre de campo en el medio rural. Por lo que entendemos que no podemos permanecer indiferentes a su problemática”.

“Se necesita una política de relaciones exteriores, una política comercial, agresiva, en países que son compradores de productos lácteos, y a los cuales Uruguay puede llegarle perfectamente”. Para finalizar expresó:

“Debemos considerar la influencia que tiene el sector lácteo en el resto de la economía, los puestos directos que genera, pero también los indirectos. Es el mayor multiplicador de toda la economía, y tiene capacidad instalada ociosa que se estima en un treinta por ciento. Creemos  que hoy el sector lechero merece una atención especial, como una política efectiva, que a la vez de generar divisas para nuestra economía, contribuya a detener el proceso de vaciamiento de nuestro interior”.

Manini también se refirió a la recorrida del fin de semana pasado, por distintas localidades del Departamento de Tacuarembó, continuando con el cara a cara con la gente, exponiendo las actividades y proyectos del Cabildo Abierto y también escuchando los problemas, necesidades y aportes de los vecinos. En estas recorridas también están haciendo campaña a favor de la LUC y promoviendo el voto por el NO en el referéndum del próximo mes de marzo.

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