“Cabildo Abierto condena el quiebre institucional ocurrido en el país hace exactamente medio siglo”

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En su audición por AM 770 Radio Oriental, el Senador Guido Manini Ríos se refirió a este 27 de junio en que se cumplen 50 años de la disolución de las Cámaras y dijo:

“En esta oportunidad queremos dejar bien claro nuestra posición y la posición de Cabildo Abierto de condena al quiebre institucional ocurrido en el país hace exactamente medio siglo. Nuestro deseo de que nunca más haya dictadura en el país, de que siempre se respeten las instituciones democráticas y también los pronunciamientos populares cada vez que el pueblo es llamado a las urnas para ser consultado.  

Y continuó: “Ese 27 de junio de 1973 no ocurrió que a un grupo de uniformados en complicidad con un grupo de civiles se les ocurrió cerrar el parlamento, los sucesos fueron el corolario de un proceso de deterioro de las instituciones democráticas que comenzó mucho tiempo antes. Podemos hablar de la Guerra Fría que existía en esa época. El 1 de enero de 1959 triunfa la revolución cubana, y a partir de ahí surgen movimientos a lo largo y ancho del continente que tenían el objetivo de emular a esa revolución y alcanzar el poder por las armas. En nuestro país se registran acciones armadas con esa intención ya en los primeros años de la década del 60, a pesar que se vivía una democracia considerada ejemplar.  Nuestra sociedad asiste sorprendida y atemorizada a secuestros, asesinatos, robos con fines políticos, creciente hostilidad y clima de odio que se instala en el accionar político de la época. Las cosas se veían en blanco y negro”.

Y agregó: “En  el año 66 se reúne en La Habana la tricontinental, organizaciones y grupos revolucionarios de América África y Asia y hacen una declaración final donde se prioriza la lucha armada para el acceso al poder. Esta reunión es el antecedente directo a lo que se llamó la OLAS, organización latinoamericana de solidaridad, que se reúne en agoste del 67 en La Habana con el objetivo de promover la lucha armada en el continente para el establecimiento de estados socialistas en América Latina a imitación de lo que ocurría en Cuba. El slogan era “El deber de todo revolucionario es hacer la revolución”, y entre los asistentes había una nutrida delegación de Uruguay que representaba grupos y partidos algunos de los cuales hoy están integrados al FA”. 

Y expresó: “La disolución de las cámaras del 27 de junio del 73 fue en realidad un último acto de una sucesión de hechos que fueron llevando a la caída de las instituciones. Quiero recordar especialmente que el 15 de abril de 1972 la Asamblea General con 107 votos a favor, todos los votos excepto los del FA, votó el estado de guerra interno, debido al baño de sangre a que fue sometido el país el día anterior el 14 de abril. Hoy muchas generaciones no pueden llegar a calibrar su dimensión porque desconocen el clima de caos que se vivía, con ocupaciones de centros de enseñanza, quema de ómnibus, atentados con bombas, secuestros de embajadores extranjeros y autoridades nacionales, robos a bancos, atentados con asesinatos por la espalda a servidores públicos por el solo hecho de lucir el uniforme ya fuera policial o militar. En febrero del 73, cuatro meses antes de la fecha que hoy recordamos, los mandos militares desconocieron una decisión del Presidente de la República. Tal vez éste fue el verdadero golpe de Estado, un episodio en el que la inmensa mayoría del sistema político buscó sacar su beneficio y le dio la espalda al Presidente cuando éste convocó al pueblo a la Plaza Independencia a defender  a la institucionalidad democrática y no concurrieron ni cien personas. Muchos políticos vieron en este levantamiento militar una oportunidad para lograr sus objetivos.  Acá no hubo solo los que promovieron la lucha armada por un lado y quienes la reprimieron por otro, también hubo actores extranjeros que a nivel global presionaban para que aquí hubiera un enfrentamiento que generara una fractura Irreversible en nuestra sociedad”.

Para finalizar Manini enfatizó:

“Quiero reiterar nuestra determinación para que nunca más haya dictadura ni terrorismo en nuestro país, que nunca más se desconozca el pronunciamiento del pueblo en las urnas, que nunca más haya quebrantamiento de la Constitución de la República y que tampoco dejemos que desde afuera se cambie su espíritu. Una y otra vez le decimos no a todo tipo de dictadura, también a la dictadura del pensamiento único en donde una aceitada maquinaria mediática que conforma un poder avasallante, falsa los hechos, estigmatiza, culpabiliza, ridiculiza, tergiversa, y busca ahogar las ideas del que piensa diferente, del que osa disentir con el relato impuesto. Decimos que no a la dictadura de los poderosos intereses que imponen su agenda utilizando enormes recursos e ignorando los genuinos intereses de nuestros pueblos. Nunca más dictadura en ninguna de sus formas, ni en el Uruguay ni en los demás países de nuestro sufrido continente y en el mundo entero”.

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