En la audición de este jueves por AM 770 Radio Oriental, el Senador Guillermo Domenech se refirió a la muerte de un equino en la semana criolla, y dijo:
“En esta semana santa que viene transcurriendo, se celebra también en diversos puntos del país una fiesta criolla, que incluso ha dado lugar a que en algún momento se hablara de la Semana Santa como la semana criolla en Montevideo”. Y continuó: “Esta es una fiesta durante la cual jinetes de distintos puntos del país hacen gala de su habilidad y coraje para montar un potro. Es un error llamar a esta actividad una doma, porque no se doma así a un equino, sino lo que se está haciendo es demostrar la capacidad de algunos jinetes de mantenerse sobre el lomo del equino cuando este corcovea. Es una actividad riesgosa para el animal como para el jinete”.
Y agregó: “Durante esta semana se ha producido la muerte de un equino como consecuencia de una lesión sufrida durante la jineteada. Eso ha dado lugar a que algunos círculos que se identifican como animalistas pidan la supresión de esta actividad. Es muy frecuente que los caballos se asusten, se espanten porque se les enreda en las patas o en las manos un reptil o un alambre, o pisan mal y meten la pata en un agujero o en un desnivel de campo, o se les corre la cincha hacia la zona que en el humano es la ingle y en estos animales se denomina verija. Y eso determina que el animal corcovee. Los que habitualmente andábamos a caballo en alguna oportunidad, tuvimos que enfrentar alguna de estas circunstancias. Y es evidente que lo más recomendable es tratar de mantenerse sobre el lomo del animal para no golpearse contra el suelo o contra alguna piedra. Si bien se pretende caracterizar a esta actividad como cruel, que debe prohibirse porque maltrata al animal, desde mi punto de vista se trata de una actividad que es solo una demostración de la capacidad de algunos jinetes de mantenerse sobre el lomo del animal en condiciones adversas. Cualquiera que practicado habitualmente el andar a caballo, en algunas circunstancias debió afrontar una situación parecida a la que se enfrenta el jinete en estas jineteadas”.
Y expresó: “En esta sociedad moderna se pretende adjudicarle a los animales una dignidad igual a la de los seres humanos. Ya nuestro Código Civil señalaba que una cosa eran las personas físicas y otra cosa eran los bienes entre los cuales se encuentran los animales. Los animales no tienen derechos, son los seres humanos los que tienen derechos y deberes, y entre ellos el de cuidar a los animales. Debemos señalar que la cultura occidental desde siempre se entendió que los animales existen y han sido creados para servir y ordenarse a los intereses de los hombres. Eso obliga a los hombres a ser cuidadosos con ellos y respetuosos de su situación, y obviamente a tratarlos con amor. Lo que no significa que no podamos alimentarnos con ellos, que no podamos utilizarlos para el trabajo y que en este caso concreto, no sea legítimo que se practique la destreza criolla de la jineteada”.
Para finalizar enfatizó: “Realmente comprendo algunas situaciones afectivas que se dan, pero siempre el ser humano tendrá una dignidad superior a la de los animales, ese ha sido el orden en que se ha construido la sociedad occidental. A veces pienso que el procurar elevar la dignidad de los animales al de las personas humanas en realidad encierra la deliberada voluntad de rebajar a los humanos a la condición de los animales. Debo señalar que sin perjuicio de que entiendo es un deber humano el buen trato animal, entiendo también que esta destreza de las jineteadas que se practica en infinidad de localidades del interior de la República, no es sino otra forma de desarrollar una destreza que es imprescindible para el trabajo campero”.